Entre hombres las cosas salen y punto, todo se cuenta, todo se divulga; nada queda oculto. Ya sea en un almuerzo o en un lonche, en un paseo o un trote a las alturas del distrito, no falta el clásico chismoso o corre ve y dile.
Es fatal saber los problemas de los demás, por cuanto no pueden ser nuestros amigos y por ende nos cueste el idear soluciones, pero por lo general uno se distrae con las últimas novedades. Ay hombres
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