Si no fuera por este compatriota que entre otras cosas añora (por nuestros días), el vernos siempre unidos y deseosos de volver (de donde estemos, al Perú); no me hubiera animado nunca a meterme a un pogo, luego de que el suyo casi originaba que un cauce humano me aplaste y separe para siempre de mi madre (en presencia).
De seguro fue mi rencor, mi actitud revanchista o la intolerancia al estilo de rock que trataba de ostentar este tal Suarez, que al extremo me llevó a olvidar ese pequeño y mortal incidente en un aniversario de Chosica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario