Lo primero que hice al ganar la colección de las tradiciones peruanas, fue escribir a uno de mis primeros maestros de la universidad a través de su correo electrónico. Al poeta Sandro Chiri.
De melancólico y exagerado me parecían sus clases. Yo no imaginaba continuar con la poesía pero esa despedida con sabor a veras de la vida, me despertó la eterna curiosidad del verso y como no rendir un tributo a esa inocente forma de enseñar. Definitivamente un eterno maestro, al que encontré en las veras de los bits.
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