Estar desempleado no lo es todo malo, ni del todo terrible. Hay cosas peores como el delinquir y el mentir (esto último según algunas las mujeres). Hay peores cosas, como la expropiación y la discriminación (esto último según algunos activistas). Estar sin chamba es sumirse al desgano en algunos aspectos; nada más.
Pero sí que sería terrible, si es que durante esos días de candidaturas y entrevistas, de llamadas e impaciencias, no aflorara un pequeño estímulo de creación. Empero, como la responsabilidad es superior a la creación, surge la duda. Y viene el desgano. Sinónimo de decadencia.
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