Sentir la música es adentrarse en uno mismo, y hasta quizás preguntarse de por qué es que uno siente, o por qué uno vive. Y llegan así los recuerdos, los pasajes, las actitudes que la vida ha ido tejiendo en cada uno de nosotros. Como si fuéramos nosotros la presa y ella, nuestra eterna musa de sonidos y notas y tiempos y ritmos.
Pues años y años, vendrán cuando nos sorprendamos constantemente de ellas, y más amigos se aunarán a nosotros por compartir estos gustos y más misterios y anécdotas conformarán nuestros estímulos y motivaciones; con esto de la música.
1 comentario:
Escribe sobre lo que hablamos ayer, a nadie muere viejo.
Publicar un comentario