La sirena ha dejado atrás su sabor de pleistoceno. Su mirada de pureza y su cintura de anguila ahora son más determinantes que un zócalo continental para la tarde sexual del sismógrafo.
Pero sirenita, ahora que viene el invierno ¿podrás dejar de ser mar y convertirte en mi arena? Sirenita que apenas distingues el anzuelo. El anzuelo inexpugnable de la vida.
Pero sirenita, ahora que viene el invierno ¿podrás dejar de ser mar y convertirte en mi arena? Sirenita que apenas distingues el anzuelo. El anzuelo inexpugnable de la vida.
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