jueves, 27 de agosto de 2009

Señor Caycho


Arquitecto y de la richi, nunca entendí como su sobrepeso no se debió a sus méritos basados en la proyección y las formas, sino en las ventas directas. Increíble. En esos cuatro meses de aprendizaje de la vida, yo tuve claro que aprendí, más allá de ser una pantera. Que debía dejar de pensar como uno más. Debía ser un ganador.

Sus ejemplos de Juan el mediocre (o Pepe), nunca llegaron a mis oídos, pero su experiencia y sus consejos impactaron tanto en mí a la hora de los resultados, la palabra y el honor de la responsabilidad. Me forjé así, aunque manteniendo mi nobleza, un luchador incansable.

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