domingo, 15 de febrero de 2009

Carritos

Cada cierto tiempo es sugerible una partida de ajedrez. Pero yo prefiero sentarme frente de mi Playstation, levantarme para darle vida y volver a sentarme para vivir dentro de él, con ayuda de mi televisorcito.

Cuando abuela estuvo por Argentina, ya no fueron interminables mis llantos coléricos en cada derrota de los carritos. Aprendí a hacerme un experto en mi gusto. Aún no saco brevete, es cierto y no hay prisa, pero volver a esas carreras o a esas batallas donde aparecen también cochecitos (misiles, bombas, turbo y fuego) constituye una entretenida forma de sentir un vicio más.

No hay comentarios: