Sus vidas encendieron el saber en mí. Sus miradas acogieron las mías, inquietas por conocer de este mundo; las guiaron.
Julio Cesar Neglia adivinó alegremente mi ingenio con una caricia en mi cabeza, luego de que pronunciara la frase “ Ellos tenían fuerza en los pies y ellas en las manos” refiriéndome a los agricultores incas, en el uso de la chaquitacclla y la rankana respectivamente. Darwing y su completa colección del album siguieron las demás incidencias entre mi y el maestro, a quien le debo mi compromiso e interés por la Historia. Del Perú.
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