Dejar de fumar, cuesta y sobre todo el hecho de intentarlo una y otra vez; hasta el punto de decir que es algo fácil. Pero muchas veces las convicciones pueden reforzarse a través de anécdotas o hechos peculiares, y la mía va así.
Acabado mi juego de futbol 7 con mis hermanos legionarios, me dispuse a saludar a mis ex – compañeros de trabajo. Uno de ellos me ofreció un cigarrillo y se me ocurre pedirle fuego al carismático Ing. Carlos Aguilar, quien sin soltar su cigarrillo de la mano derecha me dijo: Tú eres un deportista, tienes que ser coherente. Y me propuso que recogería mi cigarrillo que acababa de estropear en el piso. Lección aprendida.
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