domingo, 18 de septiembre de 2011

Los Gatos Vienen de la Sangre

Con un padre llamado Félix, homónimo de un personaje de dibujos animados que daba la hora en algunos relojes juveniles. Cómo yo no iba a asimilar ese gusto por los felinos.

Cómo no ansiar tenerlos en brazos e impartirle cariños, cómo no atender sus caprichos y cómo no reprenderlos por su supuesta indiferencia. Hace tiempo que no tengo uno, y es preferible así para evitar egipcias reminiscencias; porque más sagrado es mi tiempo lamentable.

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