domingo, 18 de septiembre de 2011

La Ciudad Transcurre

Una muchacha termina lastimada luego del asalto; ni el alterado practicante de halterofilia, ni el bien uniformado policía mueven un solo músculo en defensa de la joven que bien podría ser su hermana o su amante eventual. La ciudad transcurre mientras otros encuentran miles de formas para quedarse ciegos.

Una anciana en medio del frío extiende su brazo ansiando unas monedas de caridad. La gente la observa y continúa sus pasos deseando que el de atrás la ayude. La ciudad transcurre y nos obliga a marcar tarjeta, la tarjeta de la rutina y de la indiferencia. Y por la puta madre, a veces me incluyo.

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