No hay ribera de piedra tan peculiar como esa de quince centímetros que origina un camino hacia la vegetación. Sólo esa longitud la que nos separa del río Santa Eulalia y sus caudales.
Pero a la hora de rememorar, a la hora de revivir y recordar; no importa el peligro. Desciendo una cuesta de arena marcada con piedras muy cerca al puente y luego el pequeño camino que se extiende por casi cuatro metros. Respiro hondo, miro al cielo y decido dar el primer paso; hacia la aventura.
Pero a la hora de rememorar, a la hora de revivir y recordar; no importa el peligro. Desciendo una cuesta de arena marcada con piedras muy cerca al puente y luego el pequeño camino que se extiende por casi cuatro metros. Respiro hondo, miro al cielo y decido dar el primer paso; hacia la aventura.
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