miércoles, 18 de mayo de 2011

Adha me Desviste

Su lengua es insuperable. La mía apenas puede dar con sus frescos pliegues papilares. Ella me devora con su prisa, ella me somete a su guisa. Y comienza a rebuscarme extrañamente fuera de los bolsillos, eso que tanto puede crecer de la nada como un dinosaurio al agua que venden por el puente Santa Anita. Ese dinosaurio que ahora despierta y quiere incesantemente algo de ella.

Ella me desviste y sus ojos parecen endiablados. Su dinamita de mujer se desprende de su retina y yo quedo hecho un gatito de hermanita princesa. Adha me desviste ahora y aunque tarde un poco con esa jodida correa de mierda, se que llegará muy lejos; porque su mirada no parece mentir.

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