La literatura es tan celosa y absorbente. Te seduce en cada momento, se multiplica a mil y es tan simultáneo como un San Martín de Porras. Yo hace poco lo viví en una de mis visitas cinéfilas a la Universidad de Lima.
Lo primero que busqué fue una revista de cine, pero me detuve en contemplar unos libros llamados “Vicio Absurdo”. Contenía los poemas, cuentos y ensayos ganadores de esa casa de estudio. Entonces afloraron los sentimientos, el afán de posesión y finalmente la tarjeta de débito me involucró para siempre con esas dos obras.
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