Ellas todo bien mientras no las roce y me olviden. Ellas todo bien hasta que no las silbe y me odien. Ellas todo bien hasta que no les diga hola y me cataloguen de Qué se cree este idiota.
Es que acaso tiene uno que estar callado toda la vida. Porque a mí eso al menos me funciona. Un típico ratoncito Pérez, reservado para el recuerdo feliz de ellas. Aunque termine siendo un problema para mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario