miércoles, 2 de junio de 2010

Desprendido

No es la primera vez que pongo mi realidad por debajo a la de mis amigos, cuando se trata de ayudarlos. La primera vez fue una distancia corta para cuando emprendí el regreso a casa, tuve que prestar unos cuantos soles a un compañero de trabajo. Me los pagó claro, pero fue un compañero de trabajo.

Con Coquito, mi amigo la cosa fue extraña. Fue una cantidad menor a la que di en mi primera vez, pero la distancia que me perjudico, por altruista, fue tres veces mayor. Es decir, desde San Luis hasta La Fontana. Con los amigos uno sí puede llegar a ser totalmente desprendido.

No hay comentarios: