domingo, 23 de mayo de 2010

El Primo


Un muchacho que me tenía loco cuando era muchacho, apellidaba Jaúregui. No sé porque sacaba que yo era su primo. Siempre al terminar un recreo o previo a la salida de los primeros grados de secundaria, llegaba a mí para interrumpir mis conversaciones y decirme:

-¡Primo! - Para luego sentirme rarísimo.Nunca supe bien el origen de sus exclamaciones, según mamá, bien puede haber paretesco, según papá, no lo recuerda. Lo cierto es que no lo ví más a este tal Jaúregui; espero que se haya dado cuenta de que no soy ese Primo.

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