domingo, 23 de mayo de 2010

Alexandra de la Caja Negra



Su apellido me recuerda un personaje del via crucis y al tan excepcional pez que puede atravezar las boyas y luego regresar al río. Pero hay algo que me impregnó de ella, su cuerpo cubierto del negro.

Con esos ánimos decidí seguir a esta estudiante de actuación, por aquel entonces, no hice mal porque esa vez uno de sus personajes hizo de enfermera sensual. En el absurdo de su teatro quise rescatarla para mí, pero apenas hice amigos que me jalaron con el taxi hasta Arenales. Pero en fín, quedo la musa, la musa de Felpa.

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