Cuando vemos a uno de nuestros patas algo gorditos o gorditas, les decimos al de nuestro costado:
“La buena vida”, pero no faltan personitas como Liz, que la rematan: “Y la poca vergüenza”.
Que yo sepa esto ya es célebre. Y sépanlo mis opíparos amigos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario