En el mundo existen dos clases de personas, las que te miran cuando agradecen y las que no. De las personas agradecidas y de lindos ojos sólo el 40% nos miran a los ojos. De las personas agradecidas que no nos miran, el 40 % no tiene ojos lindos.
Conclusión, como humildes servidores podemos cerrar los ojos como diciendo “No hay de qué”.
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