Mi abuela tenía muchas gallinas (Cuatro y para mí eso era mucho). Yo cuidaba de ellas y hasta las alimentaba. Nunca me picaron,tampoco se aburrieron de mi. Eran las gallinas de mi abuela, y eran cuatro.
Cierta tarde oscurecida, mi abuela se percató que ya no estaban. Por esas épocas los accesos a otros terrenos eran amplios. Mi abuela y su orgullo se confundían en la tristeza, "Malditos" decía. Fue mi primera experiencia con estas aves, así llegué a apreciarlas. Quería mi revancha.
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