sábado, 31 de mayo de 2008

Dar Vida

Muchas veces la ausencia de algún familiar en el entorno (entendiéndose como los progenitores), facilita la creatividad de los niños. Esto me ocurriría en el año 1992.

Las series de la época como Tres por Tres, crearon en mi una percepción de sobrerealidad. Así me creía parte de ellos, como si su vida estuviera en la mía. No tanto como en los dibujitos animados. Fue así que mis tardes adquirieron otra matiz, desde el día que ubiqué unos viejos animalitos de plástico y les di vida, pero desde el punto de vista de una madre o un padre a su lado y limitándoles la creatividad , sólo para que sean felices.

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