jueves, 17 de noviembre de 2011

El Bueno de Freddy

Eran las cinco de la tarde de un jueves insensible. Había realizado un arduo trabajo de marketing y ventas; me acompañaba mi jefe de grupo llamado Freddy. El, de aspecto delgado y de andar lento, me pidió que hiciéramos un descanso en medio del parque.

Y en su alocución empezó refiriéndose a que lo más importante en esta vida era ser bueno. Un profesional bueno, en el sentido de ayudar a otros de comprenderlos; de vivir rodeados de bondad para con los demás. Y eso me lo hizo entender porque me siguió acompañando una hora infructuosa más, hasta un nuevo descanso; luego seguiría el recuerdo.

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