El excéntrico David Vignes, desatando un feroz tiroteo. Dos disparos y su oponente, más ágil que una liebre, logra evadirlos poniéndose tras una pared. Silencio total. Luego más disparos esta vez por parte de su adversario, quien llega a refugiarse en la base de un toldo. Y más disparos.
Ya no quedan mas municiones líquidas. Llegó la paz y ambos contrincantes sueltan lentamente sus armas. El misterioso rival: Su humilde servidor. El lugar: En casa de Carmencita, en su fiesta de cumpleaños. Celebraciones.
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