Mi enamorada y su bendito diario. Mi amada y su suerte de aviso parroquial que termina despertando mi instinto literario: Un concurso universitario a cerrarse en menos de una semana.
Con la típica inspiración de un conejo y con algo de yapa; había presentado un poemario y un ensayo. Oh sorpresa obtuve los dos segundos lugares, que fueron dotados de un premio en especies: Unos queridos libros de tradiciones peruanas, que coloqué en el estante de libros tras la cama de mi tío Freddy, homenajeando a los libros viejos que me sirvieron de inspiración.
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