Mi mirada busca adorarlas, mis ojos buscan a los de ellas. Pero mi cerebro es más rápido para evocar a Liz. Termino por otro lado, olvidándolas. Ellas en tanto se someten al cavilar de al Que le pasa a este o al Que raro, pero si es tan lindo.
Ellas quizas quieren conocer la noche a través de mi presencia. Pero yo sólo quiero la noche para mí. Soy un animal de más que costumbres; soy sólo yo: Más amiguero que Gasparín y más fiel que un perrito de aguas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario