domingo, 31 de mayo de 2009

Gran Turismo

Mi abuela andaba en Buenos Aires visitando iglesias y confraternizando con señoras ávidas a los besos.Yo en cambio, un escolar haciendo de las suyas con los juegos de carrera (Gran Turismo).

Claro que al inicio me costó mucho aprender. Hasta llegué a llorar de cólera cuando no quedaba primero.Era horrible quedar segundo porque así no ganabas más carritos. Mi abuela y mi hermana eran testigos de estas pataletas.Pero llegada mi perfección y aquellas madrugadas de verano, me sentía un dios en las pistas. Era lo que yo esperaba.

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