domingo, 26 de abril de 2009

Soledad con Lentes

Tiene los cabellos castaños, con preferencia hacia el tinte. Una inteligencia única y una voz tan suave. Su ser colmó de espectativas felices al mío en las épocas que comenzaba mi etapa universitaria. Yo era un imbécil claro. Como todo chico que solo piensa en estudiar y en la música junto con los amigos.

Pero ella era la suma que necesitaba mi vida, una clave. No le agradaba que la llamaran Soledad, "Míriam por favor". Decía que adoraba bailar, que a sus quince ya salía con amigos mayores de veinte. Yo no lo creía, pero la tenía frente a mi, cual musa.

Creo que a ella le debo mi despertar literario. Creo que definitivamente hubiera caído muy bien en mi almohada de pensamientos. Su amor quizas me llevó a sacrificar libros y pasajes y algunos domingos (Cumpleaños, saludos, conciertos, billar). Pero me premió con su humildad y su franqueza.

A ella debo mi nueva y feliz vida. Una musa de Felpa.

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