Cuando uno bebe demasiado o fuma demasiado sabe porque lo hace. Sin embargo los extremos para ambos casos están muy mal y es bueno reconocer que estas experiencias bien pudieron llevarnos a una decadencia o a un callejón sin salida.
De algún u otro modo la posteridad hará que sean anécdotas, anécdotas que den a entender que la vida a veces es sinónimo de decadencia.
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