De día transpiro, porque está mal dicho sudar. Bien que sudan los cerdos o el cuerpo técnico del equipo que nos impide pasar a cuartos en la libertadores.
De día, la energía se va precariamente en un abrazo a la almohada o en una eyaculación artesanal con reminiscencias a chica de caderas anchas.
De día, el inhóspito sol se nos va de encuentro. Como quejándose de Noruega.
De día transpiro al hacer el amor, y es mejor que hacerlo durante la noche, porque es el trabajo de las próximas horas; lo que me mantendrá erguido.
De día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario