No sé a que se deberá, pero tiene mucho de nerviosismo, el que me lleve los dedos a la boca y los muerda al punto de comerme las uñas. No me explico como el subconsciente me juega esa mala pasada.
Ver a otros, sin embargo, sumidos en esa manía, me causa tanta repugnancia, pena y asco. Pero en mí me sale suntuosamente natural. Stekel lo llamaba Infantilismo Psicosexual. Yo, unicofagia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario