En un mundo voraz y sobredimensionado por la publicidad, el calor y el trasero de sus mujeres, en un mundo donde te encuentras solo y es así de solo como te enfrentas a su clima y a su apacibilidad funesta; recibes una llamada.
- Haz lo posible tío, tienes que estar en Río. Aunque sea almuerzas pan y agua. Pero tienes que ir.
No fue la decisión más fácil del mundo a sabiendas, que esperaba una gestión, una universidad; quizás dos. Pero la oportunidad y el deseo de seguir descubriendo ese mundo, era preciso. Y fue así que se tomó la decisión de acuerdo a lo previsto por ese ángel.
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